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Mostrando entradas de 2012

CARTA DEL SUICIDIO MENTAL

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(o de los que se sienten atormentados por la obligación de seguir un orden establecido) "La vida es de color de rosa".   ¿Pues sabéis qué opino? ¡Que sí, que lo es!  Pero esta puñetera especie humana (de la que cada vez me siento menos parte) se empeña en hacerla morada, verde, gris, ¡negra! y todos los colores que se nos antojen chungos, porque tenemos la mala costumbre de creer en la superstición y en los miedos, y no sabemos entender que con responsabilidad y sensatez una vida simplemente feliz es posible. No, hay que sufrir, no tenemos bastante con las enfermedades y los accidentes y con las injusticias, encima, tenemos que inventarnos normas que nos conviertan en seres inseguros y asustados ante la vida. (Por si alguien no se ha dado cuenta, pretendo ser sarcástica). Hay una cosa que siempre me atormenta y siempre me atormentará, y que hace de mí y de muchas personas jóvenes (y no tan jóvenes) una suicida mental. Con eso no quiero decir que sea tan infeliz c

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"Don't give up". Hay personas que poseen una cualidad a la que aún no consigo poner un nombre que la defina adecuadamente. Esa cualidad es algo fuerte, tan fuerte, que es como un buen perfume que funciona tan bien con el PH de tu piel que no deja de olerse en ningún momento.  Pero, como todos sabemos, ese tipo de perfumes, al ser tan intensos, causan muchas reacciones. Hay gente que se deja embriagar por el aroma, sabiendo reconocer cuándo un olor es bueno o no. Hay gente que considera que ese olor es demasiado fuerte para ellos, y prefieren no olerlo. Y hay gente que es capaz de vivir respirando ese olor, acostumbrándose tanto a él, que son capaces de estar medía vida sin acordarse de que lo están oliendo. Si ese perfume pudiese tener nombre, como ya he dicho, no sabría decantarme por uno con total decisión. Quizá "bondad" entrase en la lista de nombres candidatos como el más adecuado, pero ¿quién ll

APÚNTENME UNO MÁS ESTA MEDIANOCHE…

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[… 23… ] Os debo una nueva entrada de La Utopía… y aquí está, mejor o peor, pero aquí está. No sé cómo me las apaño, pero cada vez que empiezo a escribir una entrada en el blog, empiezo a escribir con lágrimas en la cara. Supongo que en el fondo escribir para mí es como una "auto-terapia".  En esta ocasión, las lágrimas están, y junto a mis lágrimas tontas, un álbum de fotos, un marco, una vela encendida y un sobre sin abrir, cuyo destinatario está escrito con una caligrafía que indica que la persona que lo ha escrito es octogenaria, no por la edad, sino por el estilo de sus letras, y porque esa manera de "reciclar" sobres sólo es propia de una persona que conozco…   Hace días saqué una foto de ese álbum y lleva fuera todo este tiempo. En esa foto salgo yo, y no es que esté especialmente guapa, (sobre todo porque tendría unos diez años, y una apariencia desenfadada…) pero la observo con detenimiento a menudo, y otras veces, cuando paso cerca de ella, le echo una

Episodio 2: cuando Helen pasó de estar poseída por Ares a estar poseída por Hipnos.

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        [the answer, my friend, is blowin'in the wind...]        Ahora que el contrasujeto de mi fuga escolástica se me resiste, haciendo revolverse en mi interior todo tipo de remordimiento ("no tendrías que haber visto la tele, no tendrías que haber ido a descambiar ese pantalón, no tendrías que estar escribiendo esto ahora mismo…" y un largo etcétera) tiro la toalla por un rato y me pongo a reflexionar. No es mala hora para hacerlo… si es que no tardo mucho y puedo acosarme pronto, o de lo contrario, se añadirá un remordimiento más a mi lista.       Estos días son raros, son, incómodos, aparentemente cortos, de esos que se te pasan tan rápido que hagas lo que hagas acabas pensando que no has sabido aprovechar el tiempo. Si a esto le sumamos esta incómoda soledad, digamos que el resultado es una habitación que encierra varios muebles con cosas y un millón de pensamientos mudos pero gritones encerrados en una persona que ocupa el sofá con una postura un tanto incómoda

Cuando Helen fue poseída por Ares. Parte 1.

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Fight. [...] s erénate. Siempre decimos que el odio no es bueno, que no debe ser una cualidad humana, que se trata un comportamiento que roza lo irracional, lo animal, pero... ahí está, reflejado en muchos de los ojos que nos miran.  Últimamente pienso y me pregunto, de la manera más fría posible,  ¿qué puede llevar a unas personas a querer ver sufrir a otras? y me parece algo imperdonable, injustificable. Pero como pienso que el rencor no  me lleva a ninguna parte, prefiero tener fe y desear con todas mis fuerzas que en algún momento lleguen los días de remordimiento y de arrepentimiento.  Lo que está sucediendo en mi pueblo no es más que un ensayo de lo que podría producirse pronto en todo el país y en el mundo en general. Doble moral, acentuación de las diferencias de clase, odio, ansias de poder, deseo de dar mazazos a diestro y siniestro para mostrar una superioridad irreal.  Sí, esos que se dan golpes en el pecho y dicen "yo creo en Dios, yo voy a misa, viva la

LA APOLOGÍA TONAL QUE SE CONVIRTIÓ EN EL BORRADOR DE ILUSIONES

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http://www.youtube.com/watch?v=2mrg2jmCM7c http://www.youtube.com/watch?v=VTqp4-oNiEY [mil mañanas de felicidad…] Esa frase es para mí un escalofrío, una respiración profunda, un suspiro, el gesto inconsciente de morderse el labio inferior, un latigazo de nostalgia… Quisiera no tener que escribir contra mí misma. Quisiera jurar que estas frases no son auto desmoralizantes, y, aunque parezca que lo son, sí puedo prometer que estoy intentado cambiarlas de color, con gran esfuerzo, eso sí, pero es que no quiero sentirme así. No puedo sentirme así.  Al fin y al cabo, soy yo misma quien grita encerrada, dentro de esta funda, nueva pero repugnante, este traje gris que me recuerda al traje negro que Spiderman llevaba cuando el aquél extraterrestre raro se le metía en el cuerpo. Una traición tras otra, una mala jugada, siempre el mismo modo de fallarme a mí misma.  Busco y rebusco, pero no consigo hallar el porqué de mi soberana apatía, de mi repentina torpeza, mi cruda ignorancia. Siemp