El Síndrome de la Novedad Excluyente.
Siempre pasa igual. La gente, los seres humanos, las personas... somos así: estamos acostumbrados a algo que es muy bueno, y, de buenas a primeras, se oye un canto de sirena que nos arrastra a una orilla que no solamente está lejana, sino que, encima, nos hace perder de vista cosas que, quién sabe, quizá cuando queramos volver a tener, sea demasiado tarde. ¡¿Cuánto tiempo sin escribir en LUEMP, verdad?! Han pasado demasiadas cosas, y por ello, en cierto modo, he abortado muchas veces el impulso de volcar mi ira contra mi blog. Tengo muchísimas entradas incompletas en mi bloc de notas, pero no he dejado que ninguna salga a la luz, son demasiado duras y sarcásticas; este año no ha sido fácil. Y en cierto modo ahora me alegro por ello; soy una persona LIBRE, en un amplio sentido. No todo el mundo puede decir eso, y menos aún si hablamos de la conciencia de más de uno. Reflexionando sobre ese mundo al que supuestamente pertenezco, al conservatorio y su auto-deg