CARTA DEL SUICIDIO MENTAL


(o de los que se sienten atormentados por la obligación de seguir un orden establecido)


"La vida es de color de rosa". 

¿Pues sabéis qué opino? ¡Que sí, que lo es!  Pero esta puñetera especie humana (de la que cada vez me siento menos parte) se empeña en hacerla morada, verde, gris, ¡negra! y todos los colores que se nos antojen chungos, porque tenemos la mala costumbre de creer en la superstición y en los miedos, y no sabemos entender que con responsabilidad y sensatez una vida simplemente feliz es posible. No, hay que sufrir, no tenemos bastante con las enfermedades y los accidentes y con las injusticias, encima, tenemos que inventarnos normas que nos conviertan en seres inseguros y asustados ante la vida. (Por si alguien no se ha dado cuenta, pretendo ser sarcástica).

Hay una cosa que siempre me atormenta y siempre me atormentará, y que hace de mí y de muchas personas jóvenes (y no tan jóvenes) una suicida mental. Con eso no quiero decir que sea tan infeliz como para plantearme dejar de vivir, porque mis ganas son muy grandes, y mi conciencia está conmigo siempre, recordándome lo valioso que es estar encima de la Tierra. Con "suicida mental" me refiero a la conversión de ti mismo en un producto más de los dogmas estúpidos (lo siento, no tengo otra palabra menos fuerte) que te inculca la sociedad desde que eres pequeño. Qué inocencia, si llego a saber que me iba a encontrar esto cuando nací, quizá me hubiese pedido un billete a Marte. Ahora que estoy en el mundo, ya con dos o tres dedos de frente… pienso que los psicólogos tendrían mucho trabajo conmigo si me diese por quejarme. 

Un suicida mental es alguien como yo, alguien que sacrifica su mente y su buena voluntad, que observa que sus buenas intenciones con el mundo y su responsabilidad y su afán de crecer como persona no sirven de nada si no pasas por el aro, si no aceptas la visión de la vida que tienen otros. Es una persona que llora por pura incomprensión, por impotencia, por ganas de chillar desesperadamente, suspirando por la fe, por la confianza, por la LIBERTAD, y con libertad no me refiero a la anarquía, sino a hacer lo que a uno le haga feliz si tiene derecho a ello y no le hace daño a nadie, y sin tener que sentirse mal por que otros no estén de acuerdo y quieran que opines lo mismo que ellos. 

Yo sé que la vida no es para vivirla a lo loco, como eternos adolescentes. Pero sí sé qué es bueno y qué es malo. Sé que la muerte y todo lo que nos acerca a ella es la parte negativa y triste de la vida, pero no puedo aceptar que todo lo demás lo sea. La gente pasa por baches y la gente sufre consecuencias a causa de sus irresponsabilidades y de su inexperiencia, pero, si ello no les acerca a la muerte, ¿por qué ponerse triste en lugar de aprender a remangarse y levantar la cabeza, por muy duras que sean o parezcan las circunstancias?

He visto personas que han perdido a seres queridos injustamente, pues se trataba de personas jóvenes, llenas de vitalidad, como lo eran mi tito o mi compañero Manu. Y no puedo entender cómo después de vivir estas pérdidas la gente se sigue aferrando a dogmas que les organizan la vida en torno a falacias, ¿cómo pueden estas personas plantearse temer al qué dirán y al chismorreo, y menos aún cuando se trata de personas con una bondad colosal? En mi opinión cortan sus alas y las de cuantos estén a su alrededor. Y vida solo hay una. Para equivocarse, acertar, equivocarse o acertar otra vez.

Nos suele gustar mucho la expresión "carpe diem", que, citada tal cual la dijo Horacio, es

Carpe diem quam minimum credula postero

Pues bien, la expresión completa, haciendo una traducción de mi propia cosecha, vendría a decir "aprovecha el día y confía lo mínimo en el futuro". Venga, seamos francos. ¿Quién se toma esto en serio? Vale que la vida no está como para hacer a todas horas lo que nos venga en gana, pero algo que sí es cierto es que, si algo nos hace felices y no supone un daño a nadie ni nos hace engañarnos a nosotros mismos (me refiero a la gente que ambiciona muchas cosas y no es capaz de ser feliz con lo que puede conseguir), ¿por qué no hacerlo? Y si nos equivocamos, ¿por qué no aprender de nuestros propios errores?

Queridos lectores, no terminaría nunca de escribir mi carta de suicida mental. Soy una resignada, mal que me pese. Pero esta vida está organizada como los demás quieran organizártela, sobre todo, if ain't got no money… 


Por eso, sigo teniendo fe. I'm still standing. 

Quisiera deciros, queridos amigos del suicidio mental, que con esta carta despertaríamos conciencias. Pero me temo que mientras sigamos siendo jóvenes nuestra inexperiencia será un prejuicio casi inevitable. No tendrán fe. 

Amigos, sigo pensando que mientras el mundo siga anteponiendo la complejidad a la simplicidad… la vida seguirá pareciendo un mar de problemas. 


Comentarios

  1. Hay mucha gente evolucionada, en este mundo y en el otro no muy lejano, los dogmas es el efecto, de pronto el único culpable de las guerras, eso me decía mi abuelita, hijo, tu no tienes cara de inocente tu tienes cara de culpable, aunque la inocencia està màs cerca a la paz. Hay muchas gente y grupos que se sienten dueños de la verdad y desprecia al otro, entonces me pregunto en donde està ese nivel de conciencia, de la vida en este globo que se llama tierra...Dogmatismo Vs Libertad...de que Libertad hablamos? Un amigo me dijo, César perdóname, porque te hable mal, fui un chismoso, Yo le conteste, Raùl yo no tengo nada que perdonarte porque nunca te Juzque, tampoco tuve prejuicios sobre tí, en este sentido no tengo nada que perdonarte, siempre te he querido...Raúl , me pregunto : pero como? Somos una chispa de Luz, que pasamos por este mundo y la suma de las chispas de cada ser humano, se transforma en una estrella y esa estrella en una constelación, y luego al final en Humanidad*** Aldebaran III

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