Cuando Helen fue poseída por Ares. Parte 1.

Fight.






[...] serénate.


Siempre decimos que el odio no es bueno, que no debe ser una cualidad humana, que se trata un comportamiento que roza lo irracional, lo animal, pero... ahí está, reflejado en muchos de los ojos que nos miran. 

Últimamente pienso y me pregunto, de la manera más fría posible, ¿qué puede llevar a unas personas a querer ver sufrir a otras? y me parece algo imperdonable, injustificable. Pero como pienso que el rencor no  me lleva a ninguna parte, prefiero tener fe y desear con todas mis fuerzas que en algún momento lleguen los días de remordimiento y de arrepentimiento. 

Lo que está sucediendo en mi pueblo no es más que un ensayo de lo que podría producirse pronto en todo el país y en el mundo en general. Doble moral, acentuación de las diferencias de clase, odio, ansias de poder, deseo de dar mazazos a diestro y siniestro para mostrar una superioridad irreal. 

Sí, esos que se dan golpes en el pecho y dicen "yo creo en Dios, yo voy a misa, viva la Virgen, hay que ser un buen cristiano" no son más que una versión light de aquellos que decían que había que matar en nombre de Dios. ¿De qué creen que les va a servir engalanarse con sus mejores trajes y hacer el paripé detrás del los pasos de las procesiones, si luego ni siquiera saben por qué lo hacen, y para más INRI se dedican a amargar la vida a quienes ellos estiman que están en un nivel inferior a ellos (porque en el fondo les atemoriza saber que los inferiores son ellos comportándose así)? ¿De verdad ése es mi Dios? No puedo pensar en Dios. Me niego a aceptar que lleve callado tanto tiempo, observando, como si esto fuese un partido de fútbol. No cuando los justos no han hecho nada malo. No cuando no hay un merecido castigo. No. Es absurdo crear normas que veten el devenir y la naturaleza humana. Cuánto daño nos ha hecho la religión, por no querer aceptar que nosotros solos podríamos arreglar todo este lío que estamos montando... que llevamos ya montando unos cuantos de siglos.

Por otra parte pienso y digo "bueno, no seas tan radical, hay gente a quien la religión le ha hecho bien". Pongamos que en ese caso me alegro. Y reconozco que soy una persona respetuosa y espiritual. Pero sigo pensando que las cosas son mucho más fáciles sin dogmas que atemoricen a las personas. Mi abuela, por ejemplo, es una grandísima persona, pero también es una inteligencia que el mundo se ha perdido por haber crecido en otros tiempos.

Sin ánimo de sostener una crítica religiosa que no terminaría de escribir nunca, dejo atrás el tema de la religión y la doble moral y vuelvo a acordarme de mi pueblo. Mi pueblo enmascarado, edulcorado con farolillos aparentemente elegantes que se regodean en su mediocridad. Hasta los cerditos que tanta gracia me hacen se revuelcan mejor en el barro, porque al menos ellos reconocen y aceptan que son eso: cerditos. Enmascarando las verdaderas intenciones, el odio, se consiguen muchas cosas: por una parte, que nadie esté pendiente de lo que haces. Por otra, que todo el mundo tenga algo de lo que hablar. Por otra, sembrar la duda y la discordia y cambiar sus mentes. Y por otra, machacar a quienes han trabajado y luchado por que tuviésemos aquello con lo que pocos años atrás se soñaba tener, entre otras cosas, por ejemplo, la igualdad. La gente no se da cuenta de que están procurándose a sí mismos que poco a poco se pierda la dignidad y los derechos. Los jóvenes creen que lo saben todo y organizan manifestaciones en las que con la excusa de ir en son de paz y en silencio provocan un metafórico e irresponsable griterío que siembra de confusión y queja gratuita, y deseos de que sean otros los que nos solucionen las papeletas. 

Quisiera dejar clara una cosa: digan lo que digan, hagan lo que hagan, la verdad siempre es sólo una, y en este caso sé de muy buena tinta cuál es: si mi padre hubiese querido aprovecharse de la situación, HABRÍA PREFERIDO ESTAR EN SU CASA DISFRUTANDO DE SUS HIJAS Y DE SU FAMILIA. Sencillamente porque por TRABAJAR INCANSABLEMENTE POR SU PUEBLO NO PUDO HACERLO. Y ahora sé que debería haberlo hecho mucho más. Porque no os lo merecéis. No podéis decirme que no hizo bien su trabajo. ¡A la vista está! ¿Encima de todo el tiempo robado, todos los "¿hoy papá está de viaje? ¿hoy no viene a comer? ¿hoy tiene una reunión?", ENCIMA, queréis echarle tierra? ¿Qué ganáis con ocuparos de desprestigiar a los demás? ¿Ocultar vuestro propio desprestigio? Qué pena.

Pues, si Dios es quien dicen los católicos que es, quizá deban acordarse de que además de toda la pompa y el protocolo, había una parte del catolicismo que decía algo así como:

Dies irae, dies illa

solvet saeclum in favilla,
teste David cum Sibylla.
Quantus tremor est futurus
quando iudex est venturus
cuncta stricte discussurus!


Y a pesar de todo, aún sigo sintiendo compasión por los injustos... De nada me sirve el odio si de verdad quiero vivir en paz.





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