¡Feliz, feliz, feliz, pero que muy Feliiiiz Año Nuevo!

Debo reconocer que me da cierta pereza escribir una entrada para despedir el año, pero es que este año me ha dado tanto, tanto, que creo que es casi una obligación. 

[¿qué mejor brújula que el corazón...?]



Vamos a ponerle banda sonora a la entrada, como siempre... Es mucha la música que ha marcado este año (bueno, éste... y todos, pero la música que marca mi 2013 es peculiarmente especial...), pero si tengo que escoger, sin duda, tengo que quedarme con uno de mis mayores (para mí el mejor) logros musicales del año:



Mamma Mia! ha sido no sólo un gran reto, sino una manera increíble de descubrirme a mí misma, una forma de encontrar aquella luz que durante mis casi 20 años de conservatorio he andado buscando. A pesar de ese extraño e inútil sentimiento de culpabilidad que sienten algunos músicos de conservatorio cuando se sienten atraídos por una música "popular", cuando uno se propone luchar contra tanto dogma absurdo, lo consigue. Y es cuando, véase mi odisea con mi obra final de carrera, "The Musical Mask" surge rompiendo moldes, destinada a una valoración bajísima desde su concepción, algo de lo que fui plenamente consciente, pero sabrosamente triunfante en su descaro. Y con eso me quedo. Y sigo reafirmándome: ¡me encanta hacer música y que mi público sea "la plebe"! Y me encanta haberme quitado esa dichosa máscara para siempre. 

Tras Mamma Mia! han llegado más descubrimientos y avances: más musicales, mi lado Zen, EFT, el inglés, las canciones... pero no quiero escribir una entrada con tantos tintes autobiográficos. 

Si hay algo importante que destacar de 2013, sois vosotros. Sí, vosotros, las personas, lo verdaderamente importante en todo y por lo que vale la pena vivir siempre alegre y optimista. Porque tanto las que ya lleváis tiempo estando presentes en mi vida, como las que habéis llegado este año y os quedáis cerca, constituís el combustible mágico que activa el motor de mi presente. 

Por suerte, paso de 2013 a 2014 reafirmando la satisfacción de pertenecer a una familia cuya humildad y cuyos valores sobrepasan y empequeñecen cualquier atisbo de maldad que la envidia de otros pueda verter, y aunque me faltan personas importantes cuya ausencia cada año me parece más injusta, el orgullo de haber compartido mi vida con ellas en el pasado me hace saber que soy muy afortunada por tener tan bellos recuerdos que mi memoria nunca borrará. Mi familia... qué tesoro.

Y qué decir de vosotros, amigos... Cada uno, en vuestra valiosa individualidad, me aportáis algo. Me ayudáis, me hacéis reír... ¡¿qué más se puede pedir?!

"Todo cuento de hadas... puede ser real. Cree en tu futuro, aunque salga mal".

Cuando esta canción cayó en mis manos para hacerla sonar con mi voz, entendí que no era casualidad. Es mi auténtica banda sonora. No hay más misterios: creer, creer, tener fe... No hay ningún otro truco, ésa es la verdadera magia. Y ahí están mis dos luceritos más brillantes, los más resplandecientes, esos otros dos tesoros de valor incalculable que dan esa chispa a mi vida, y esa fuerza para crecer y creer: Neno, Tripo... por mil años más como éste. Y sí, Tripo es un cerdito de peluche y hay quien dice que somos como niños... Pues sí, pero no cualquier tipo de niños: dos niños muy felices. 

En fin, hoy no os doy la tabarra con reflexiones, con sermones ni os intento hacer pensar. Hoy os doy las gracias por todo lo que día a día me enseñáis. 

¡¡¡Feliz Año Nuevo 2014 a todos!!!






[Sé que existe un ángel... lo descubres antes o después...]



Comentarios

Entradas populares de este blog

A ratos...

Jeroglíficos de cumpleaños.

23 + 30